En la canción V de la Ilíada , Homero escenifica el enfrentamiento de Ares y Atenea. Ambos son dioses de la guerra, pero en aspectos diferentes.
Diomedes siembra la matanza entre los troyanos
Diomedes, uno de los líderes griegos, cuenta con el apoyo de Atenea. Trae una matanza al campamento troyano, hiriendo a Afrodita y desafiando a Apolo que lucha por el otro campamento. Luego, Ares interviene junto a los troyanos para repeler a los aqueos.
Por tanto, Atenea se ve obligada a intervenir. Insta a Diomedes a derrotar a Ares. Se produce un choque entre dos deidades, cada una de las cuales representa un aspecto de la guerra.
Enfrentamiento entre Ares y Atenea
Ares, “loco”, “azote de los humanos”, “manchado de asesinato”, es el dios de la guerra en su aspecto de violencia ciega y devastación. Ataca a Diomedes nada más verlo, impaciente por quitarle la vida.
Pero Atenea, diosa de la estrategia y la inteligencia en la guerra, rechaza la mano de Ares. Ella guía la lanza de Diomedes directamente hacia su adversario, quien, herido, debe abandonar el campo de batalla y regresar al Olimpo.
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Enseñanzas
¿Qué nos enseña este pasaje de la Ilíada y los dioses de la guerra sobre el uso de la fuerza?
Atenea derrotó a Ares. Por tanto, la inteligencia ha triunfado sobre la fuerza y la rabia. Ella es quien dirige los esfuerzos para que produzcan los efectos adecuados en el momento adecuado. Es ella quien desvía el golpe contrario para impedir que lo lleve.
Por el contrario, la violencia que no es canalizada hacia un objetivo por la inteligencia es sólo barbarie, incapaz de lograr ningún resultado político. Por tanto, la fuerza por sí sola no resuelve nada; es la dirección que le da la inteligencia lo que le da su poder.
Atenea
Atenea, es la diosa griega de la sabiduría y la estrategia. Ocupa un lugar central en el panteón olímpico. Hija de Zeus y Metis (diosa de la sabiduría y la astucia), nació surgiendo completamente armada de la frente de su padre. Esta imagen simboliza su espíritu marcial y conocimiento divino.
Atenea suele ser representada con su casco, escudo y lanza, acompañada por el búho, símbolo de la sabiduría. Protectora de la ciudad de Atenas, que lleva su nombre, encarna la combinación perfecta de fuerza e inteligencia. Guió a muchos héroes mitológicos, como Odiseo y Perseo, ofreciéndoles consejos y apoyo. Su templo más famoso, el Partenón, es una obra maestra arquitectónica y un símbolo de la Edad de Oro de Atenas.
A diferencia de Ares, el dios de la guerra brutal, Atenea favorece la estrategia y la justicia en los conflictos, lo que le da una dimensión moralmente superior.
Ares
Ares, el dios griego de la guerra, representa la brutalidad y la violencia del combate, en marcado contraste con la sabiduría estratégica de Atenea.
Hijo de Zeus y Hera, Ares es un guerrero impetuoso que ama el caos y la destrucción. Ares suele estar acompañado por sus hijos, Terror (Phobos) y Fear (Deimos), que simbolizan las brutales emociones inspiradas por la guerra. A diferencia de Atenea, que encarna la justicia y la estrategia, Ares representa los aspectos más oscuros y despiadados de la batalla.
Sus apasionadas relaciones, en particular con Afrodita, la diosa del amor, añaden una dimensión compleja a su personaje, mezclando eros y thanatos. En la mitología, Ares es una figura menos honrada entre los dioses olímpicos. De hecho, los griegos apreciaron menos su carácter impetuoso y destructivo. Preferían valorar los atributos de Atenea.
Sin embargo, Ares sigue siendo una figura vital que representa las inevitables y oscuras realidades de la guerra. Su culto, aunque menos extendido que el de Atenea, refleja la dualidad de la naturaleza humana, donde la guerra, a pesar de su brutalidad, es una parte intrínseca de la existencia humana. En resumen, Ares simboliza la fuerza bruta y el instinto guerrero, recordándonos que la violencia, aunque temida, es una parte integral de la experiencia humana.
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